CCTV es el acrónimo para Circuito Cerrado de Televisón (o Closed Circuit Television). La expresión “Circuito Cerrado” quiere decir que se trata de una instalación de componentes directamente conectados, que crean un circuito de imágenes que no puede ser visto por otra persona fuera de él.
Y se diferencia de la emisión de señales de televisión ordinarias en que éstas pueden ser vistas por cualquiera con una antena u otro equipo para recibirlas, mientras que el CCTV no.
El sistema CCTV ideal debería proporcionar imágenes de buena calidad de día y también de noche, además debería ser fácil de usar y ser flexible, para grabar las imágenes que sirvan como pruebas de forma útil y ayudar a analizar los incidentes. Si las imágenes no tienen calidad, entonces de poco servirá.
¿Cómo funcionan los CCTV?
Hay dos tipos comunes de cámaras que se utilizan en la actualidad: cámaras analógicas e IP.
Los sistemas de CCTV que utilizan cámaras analógicas existen desde hace años. Siguen siendo el tipo de cámara más común instalado en el campo. Los sistemas analógicos incluyen una cámara o una serie de cámaras con un conjunto de cables dedicados que se alimentan a un dispositivo de grabación y una serie de monitores. El video se graba y almacena en el sitio.
Las cámaras basadas en IP realizan la misma función que las analógicas, pero con una serie de capacidades adicionales. Generalmente ofrecen mejores imágenes con mayor resolución y más flexibilidad, lo que permite a los usuarios enviar imágenes de video por correo electrónico para consultas.
Las cámaras IP funcionan mediante una red IP (IP significa protocolo de Internet), a menudo la misma red de datos que usa el resto de la empresa. Si el ancho de banda es un problema, se puede usar una red separada con cableado de categoría 5. De cualquier manera, la información de video se graba en un servidor, lo que significa que los datos de video se pueden ubicar en el sitio o en una ubicación remota. Aunque almacenar una gran cantidad de datos puede ser una preocupación, no es inusual que los sistemas de CCTV IP tengan software que maneje cuánto tiempo se almacena el video y con qué calidad. Después de un tiempo, el video se puede comprimir para ahorrar espacio de almacenamiento, por ejemplo.
Los CCTV se personalizan para adaptarse a la naturaleza y las necesidades de seguridad de cada cliente.
Asimismo las cámaras pueden ser internas o externas, visibles o cubiertas, estáticas o controlables a remoto. Podes tener una sola cámara o cientos, grabar un día o semanas. Con una conexión a Internet apropiada podes vigilar tu propiedad incluso cuando estés afuera.
En Berxa somos especialistas en CCTV, y trabajamos con un amplio porfolio de productos para satisfacer cualquier tipo de necesidad y magnitud.