El Mantenimiento productivo total (TPM por sus siglas en inglés) es una filosofía que consiste básicamente en involucrar a toda la organización en el mantenimiento.
Este sistema es originario de Japón y se ha extendido rápidamente por todo el mundo, gracias a sus buenos resultados. Las tareas de mantenimiento no se ejecutan solamente por técnicos de ese departamento.
Los operadores de producción, empleados de almacén, y en general cualquier trabajador realiza tareas de mantenimiento que tiene a su alcance según sus conocimientos y capacidades.
Esto tiene varias ventajas directas:
- Liberar al personal de mantenimiento de las tareas más sencillas y con menor valor añadido.
- Motivar a los operadores aumentando su responsabilidad y sintiéndose más útiles.
- Reducir los tiempos de parada, porque los mismos operadores son capaces de resolver las averías cotidianas, de forma que pueden intervenir inmediatamente aunque el personal de mantenimiento esté ocupado en otras tareas.
- Romper las barreras entre distintos departamentos. En muchas organizaciones se considera al departamento de mantenimiento como un proveedor del departamento de producción. Esto genera fricciones y conflictos. En un sistema TPM ambos departamentos colaboran de igual a igual.
Este sistema tiene algunos inconvenientes:
- El nivel técnico de los operadores de producción debe ser suficiente para realizar las tareas propias de este sistema.
- Implantar un sistema TPM supone un profundo cambio de procedimientos, y sobre todo de mentalidad.
Suele ser necesario realizar formaciones para adquirir las competencias y asesoramiento para optimizar los resultados. Lo más complicado suele ser la resistencia psicológica al cambio, ya que supone cambiar la forma de trabajar de todas las personas.
Esto puede suponer un grave obstáculo, por lo que lo ideal es contar con asesoramiento especializado.
FUENTE:
www.mtto.pro