Se llama minado de criptomonedas al conjunto de procesos necesarios para validar y procesar las transacciones de una criptomoneda. En términos técnicos, es el proceso de registrar transacciones de blockchain, a cambio de una recompensa, entregada en el mismo tipo de criptomoneda que se está minando.
El auge de este proceso –se calcula que actualmente hay un millón de minadores de bitcoins en funcionamiento–, el lanzamiento de nuevas criptomonedas y sus fluctuaciones han causado quiebres de stock y subas inéditas en los precios del hardware necesario para llevar a cabo la minería.
Cada criptomoneda requiere un hardware específico para ser minada y a ese conjunto de elementos se lo conoce como “RIG de minería”. Los componentes de un rig varían de acuerdo con la criptomoneda en cuestión, pero mayormente están conformados por placas madre, tarjetas gráficas, fuentes de alimentación, procesadores y gabinetes.
Por lo tanto, una de las principales características de la minería es la concentración de recursos. Es decir, que requiere de una gran cantidad de potencia informática que pueda cumplir con las exigencias de minería, ya que solo quien resuelve primero el problema matemático para validar las transacciones recibe la compensación correspondiente.
No solo se debe contar con una gran máquina de minería de potencia informática, también se debe garantizar una red de energía eléctrica estable.
De esta forma, el minero puede garantizar la rentabilidad de su negocio protegiendo:
- El proceso de minado, donde la velocidad y la estabilidad son clave para la rentabilidad de cada transacción y por una falla eléctrica puede perder mucho dinero. •
- La integridad y funcionamiento del hardware, donde la inversión es muy alta y, dada la escasez de muchos componentes, resulta fundamental cuidar los equipos garantizando su disponibilidad y la amortización de estos en un período determinado de tiempo, fundamental para la rentabilidad total del proyecto.
Quizás el punto clave a destacar aquí es que minar bitcoin consume mucha más energía que usarlo. De hecho, una vez emitidas las monedas, la energía necesaria para validar estas transacciones es mínima.
La minería comienza con un libro mayor descentralizado en línea, blockchain, que registra las transacciones. El proceso de minería de bitcoin luego agrega bloques individuales a la cadena de bloques mediante la resolución de problemas matemáticos sofisticados, lo que significa que el proceso requiere una cantidad considerable de energía eléctrica y de cómputo, razón por la cual se requiere un hardware potente y que consume muchos recursos para minarlo.
A pesar de las preocupaciones sobre la minería de bitcoin y las fuentes renovables, está claro que la rentabilidad de la minería depende en gran medida del costo de la electricidad. Esto está impulsando a los mineros a encontrar y utilizar las fuentes de energía más baratas disponibles.
Por esta razón, podría ser crucial que la criptocomunidad considere y aborde las preocupaciones ambientales asociadas a la actividad, de manera similar a la forma en que las grandes empresas de tecnología, así como los productores de petróleo y gas, están cambiando su enfoque hacia la descarbonización.
FUENTE:
www.power-technology.com